*2021 Agosto: una semana entre amigos.

2021-08-15

Es domingo, estamos fondeados delante de Stari Grad. El viento se ha levantado y nuestro fondeo es incierto. Teníamos programado ir al otro lado de la isla para fondear en Hvar, pero las condiciones meteorológicas no son buenas. Decidimos quedarnos en el lugar. Richard permanece a bordo para vigilar el barco, el resto de la tripulación toma el autobús que 20 minutos más tarde los deja en Hvar.


Hvar es una pequeña ciudad turística, plantada en la ladera de una colina. 

Su puerto está constituido por muelles alrededor de una cuenca circular. Las palmeras plantadas en el paseo dan la sombra necesaria a los paseantes. 

Bares y restaurantes completan la decoración. Los croatas califican a Hvar de Saint-Tropez local (¡otro mas!). En el puerto muchos yates están amarrados sin contar los que están anclados fuera debido a su gran tamaño.

El lunes, el mal tiempo ha pasado, nos dirigimos a la isla de Bisevo a unos 28 Mn.

Una vez fondeados en la bahía al final de la tarde disfrutamos de la playa de arena (una de las pocas !) y del sol, así como del pequeño restaurante local.

 A la mañana siguiente, esta encantadora bahía es invadida por barcos de turistas, que toman posesión de la pequeña playa y perturban la calma que reinaba.
Una vez terminado el desayuno, zarpamos a la isla vecina de Vis. Hay muchas calas encantadoras, la más conocida es Uvala Stiniva. Todas ellas son invadidas por la cantidad de barcos que cruzan esta región de Croacia.

 Terminamos anclando en una hermosa ensenada salvaje llamada Uvala Ruda. Tomamos un baño, Mer enseña a Emilie a pescar los erizos de mar que comemos con el aperitivo y almorzamos en el lugar.

Por la tarde, el térmico no se levanta, navegamos a motor con destino a Otok Planikovac. 

En el camino nos cruzamos con algunos delfines que no se han acercado al barco. 

Otok Planikovac Es un lugar muy popular pero bien protegido para pasar la noche. Por la noche, contrariamente a cualquier predicción meteorológica, las tormentas nos pasan por la cabeza dejando escapar algunas gotas de lluvia.

El miércoles por la mañana partimos para una navegación de 30 millas hacia Korcula. 

El viento nos empuja y MR navega a un promedio de 9 kts de velocidad solo con la mayor. 

hvar vers korcula

No querríamos ir hacia el norte hoy, los barcos que cruzamos navegan bastante menos cómodos que nosotros. 

A la llegada, fondeamos delante del monasterio de Badija. El lugar, aunque superpoblado, sigue siendo un buen refugio al viento de NW que sopla a más de 30kts en ráfagas.

Por la noche llamamos a un taxi acuático que nos lleva al centro histórico de la ciudad de Korcula para cenar y dar un paseo.

 A la vuelta, el mismo taxi viene a recogernos, pero no estamos de acuerdo con las tarifas. Mer trata de negociar pero el croata no está dispuesto a bajar un HRK y nos deja bloqueados en el muelle. Tratamos de encontrar otro taxi pero sin resultado. Casi todos pertenecen a la misma compañía y nadie quiere llevarnos al barco. Por fin encontramos un taxi independiente que se digna a llevarnos a nuestro barco pero pagando aún más….

El jueves por la mañana, el viento ha calmado, vamos a visitar Korcula con nuestro anexo. El viaje va bien. 

La ciudad, que ha permanecido más de 500 años bajo dominio veneciano, conserva aún numerosas huellas arquitectónicas. Los restaurantes son más bien de tendencia italiana. Los italianos dominaron la ciudad hasta 1990 (guerra de Kossovo) donde Korcula fue definitivamente atribuida a Croacia.

Aprovechamos para hacer las compras para los próximos días. El viento térmico se ha levantado, Nico y Richard vuelven al barco en el dinghy con las compras y las chicas volverán en taxi al barco, no sin tomarse el tiempo de ir de compras.

A última hora de la tarde, Nico y Emilie dan un paseo por la isla de Badija. Durante su paseo se encuentran con los ciervos que viven allí. 

El viernes, después de nadar por la mañana en el agua turquesa, zarpamos a la isla de Mljet en el parque nacional del mismo nombre.

Por la noche atracamos en el pontón del restaurante Calypso en Polace que nos ofrece agua y electricidad para MR y nos dispensa de pagar la tasa de 1000 kunas (133€) para fondear en las aguas del parque. 

Claro, a cambio de cenar en el restaurante.

El sábado, aprovechamos nuestra presencia en el parque para pasear y bañarnos. Los paisajes salvajes que nos rodean son bonitos. 

Es también el último día con nuestros amigos que tomaran el ferry hacia Dubrovnik a las 16h30 desde donde tomarán su vuelo hacia el País Vasco el domingo por la mañana.

Volvemos a estar solos con MR, cruzamos hacia Trstenik, pequeño pueblo pintoresco del continente. Llegamos a las 20h, hace mucho calor y una vez que el ancla está bien enganchada disfrutamos de un baño refrescante antes de cenar.
La próxima semana seguiremos descubriendo la belleza de los paisajes de las islas del sur de Croacia.