*2021 MARZO: Ya casi estamos…

2021-03-14

Finalmente podremos realizar tomas aéreas.
Como les contamos la semana pasada, hicimos otro intento de recuperar nuestro dron confiscado por los funcionarios de aduanas al llegar al aeropuerto de Túnez.

Nos ayudaron conocidos “locales” que nos aconsejaron gentilmente, para poner todas las chances de nuestro lado.
Nuestro amigo Claude regresaba a Marsella el lunes por la mañana y planeábamos recoger el dron para que pudiera llevarlo y entregárselo a los Biboux.
Normalmente todo debería salir bien.
El domingo al mediodía salimos hacia Nabeul con nuestro coche de alquiler.

Al final de la tarde llegamos a nuestro hotel en Túnez para pasar la noche allí. Planeamos visitar la capital el lunes.
Tenemos cita con Claude por la mañana en el aeropuerto de Túnez a las 6.15 horas. Luego de hacer el check-in bajamos con él a la oficina de aduanas. Nos reunimos con el jefe y le explicamos nuestra solicitud. Después de escucharnos, otra vez la respuesta fue negativa con el pretexto de que nuestro amigo, aunque francés, también residía en Túnez. Como resultado, no puede llevar el dron a Francia (¿?). Allí empezamos a hablar y le pedimos que lo trasladen a la aduana del puerto deportivo de Bizerte pero se mantiene inflexible. Única posibilidad, ir a la aduana regional, en la terminal de carga, para solicitar un traslado a la aduana de la marina. ¿Es esta una nueva táctica para deshacerse de nosotros? A esta hora, la oficina está cerrada y regresamos al hotel para desayunar, dejar el hotel y volver más tarde.
Con la moral baja, a las 9:30 am volvemos a la oficina regional. Comenzamos a contar el motivo de nuestra visita al de seguridad que nos dirige a una oficina en el 1er piso. En el 1er piso, esperamos a que llegue el empleado y volvemos a contar nuestra historia. Allí, nuestro interlocutor comprende el problema y nos remite a la secretaria de administración. Llegamos a la oficina de la secretaría y comenzamos a explicar nuestra situación nuevamente. El funcionario que nos recibe (en el pasillo) nos hace una serie de preguntas y nos pide comprobante de propiedad de nuestra embarcación, declaración de la Marina Bizerte, el recibo de aduana de nuestro dron, etc, etc … Después de haberle proporcionado todos los papeles necesarios, vuelve a pedirnos que esperemos en el pasillo y desaparece en dirección a la oficina del jefe. Después de 5 minutos, regresa y nos pregunta si podemos zarpar de Túnez en 2 días. Al unísono le respondemos que NO, que aún no se ha reparado un fallo del propulsor de nuestro barco y estamos esperando que lleguen piezas de Francia. Vuelve a desaparecer y seguimos esperando en el pasillo. Diez minutos después, finalmente regresa. Nos devuelve nuestros papeles, diciéndonos que nuestra solicitud es aceptada, pero que el paquete debe llegar a Bizerte con escolta aduanera. Nos resulta muy difícil contener nuestra alegría. Nos pide que vayamos a ver al encargado de la entrada que nos ayudará a realizar este traslado.
Nos vamos con él a otra oficina y un nuevo adjunto de aduanas nos dice que hay un “costo” por dicho traslado: 250 Tnd (77 €). Estamos tan felices de recuperar nuestro paquete que nos olvidamos de negociarlo: ¡¡¡Nos estafaron !!! Pero estamos muy felices de haberlo logrado finalmente. El dicho dice “Persevera y triunfaras !”
En definitiva, a las 11H40 de la mañana emprendemos el camino de regreso al puerto deportivo, sin haber visitado la ciudad, acompañados del oficial de aduanas en su propio coche, porque nuestra presencia es obligatoria. 45 minutos después nuestro dron está en la caja fuerte de la aduana del puerto que nos lo devolverá el día que zarpemos.

Nuestra historia termina bien.
Hablamos con los tunecinos al respecto y nos confirmaron que si no hubiéramos sido perseverantes, nuestro dron seguramente habría terminado en manos del hijo de uno de los aduaneros.


Al principio de la tarde, decidimos ir a hacer un paseo siguiendo la costa e intentar encontrar un restaurant de playa para almorzar, conclusión nos equivocamos de camino y terminamos con el coche encallado en la arena en medio de un bosque. No pudimos sacarlo a pesar de la ayuda de Nabil, un deportista de trail que entrenaba allí. Richard luego se fue a una base militar, por la que pasamos, para pedir ayuda. Un momento después se nos unieron 2 soldados para analizar la situación y llamaron a la Guardia Nacional que no pudo hacer nada. Entonces llamaron al comandante de la base y a las 5.30 p.m. un gran 4X4 nos liberó de nuestra incómoda posición. Durante esta aventura, volvimos a encontrarnos con personas encantadoras, serviciales y honestas que estaban ansiosas por que pudiéramos salir. Después de haberles agradecido calurosamente, pudimos reanudar nuestra visita.

Si vienes a Túnez, el país y su gente lo valen, asegúrate de respetar todas las normas vigentes para no tener que negociar con la administración de aduanas.

Los carbones necesarios para reparar el propulsor delantero finalmente llegaron. Inmediatamente, Richard los ajusta y los coloca en su lugar. Arma el motor y hacemos las pruebas: FUNCIONA !!!
Al mediodía, Nabil (el deportista de trail) vino a almorzar a bordo. Nos trajo recuerdos y un couscous tunecino hecho en su casa. Muy sabroso.

Es viernes por la noche y los últimos trabajos lanzados están terminados, el tapicero ha entregado todo, la iluminación del mástil (árbol de Navidad) es nueva y funciona perfectamente, la protección de proa está colocada, solo queda la vela de ONE SAILS que tendrá más un mes de retraso y que nos retiene aún aquí. Ojalá llegue la semana próxima.

Mientras seguimos viendo el desfile de barcos que vienen a repostar…


Como recompensa por todo el trabajo finalizado, hay pulpo para cenar.