*2021 Abril Sicilia Este

2021-05-01
Amanece en Stromboli

Finalmente llegamos al pie del mítico volcán Stromboli, bien conocido por sus erupciones nocturnas. Fondeados frente al pueblo de San Pietro pasamos la noche a 40 metros de la playa debido a las grandes profundidades de las costas que bordean la isla. Son las 5:00, el despertador nos saca de la cama para descubrir la actividad sísmica. Levantamos el ancla y nos dirigimos hacia la vertiente occidental del volcán, pero esta mañana Stromboli no nos ofrece un gran espectáculo, sólo dos o tres mini erupciones, sin colada de lava naranja que hubiésemos querido compartir con ustedes.

Ya son las siete y nos dirigimos al estrecho de Mesina a 35 Millas náuticas. La ligera brisa nos anima a enviar nuestra nueva vela de proa y finalmente disfrutar de vientos suaves para seguir navegando a vela. Efectivamente, MR navega con sólo 7 kt de viento, a una velocidad de 6,5 nudos sobre un mar sin ola. La vela es muy linda, solo quedan algunas pequeñas mejoras de instalación, pero en general nos gusta mucho.

Nos acercamos al estrecho. El viento ha bajado, el sol nos calienta la espalda. No nos sorprende que un grupo de delfines se acerque a nosotros y juegue con MR. El agua es tan límpida que los distinguimos de lejos. No habíamos vuelto a disfrutar de su visita desde Ibiza.

VISITA DE DELFINES

El VHF no para, es el control del estrecho que nos contacta para saber nuestra intención y mantenernos bajo vigilancia hasta nuestra salida. Es domingo y el tráfico es poco. Tenemos la suerte de atravesar el estrecho en buenas condiciones meteorológicas a pesar de los fuertes coeficientes de marea que actúan sobre las corrientes y los remolinos que siempre sorprenden a los navegantes.

Volvemos a desplegar nuestra vela y volvemos a salir a buen ritmo hacia Taormina a 25 millas náuticas. Cruzamos algunos cargueros, un yate a motor y numerosos transbordadores que conectan el continente italiano con Sicilia. Son las 4:00 de la tarde, estamos en el mar Jónico. Es más fresco y salado que el mar Tirreno que acabamos de dejar.

A las 7:00 de la tarde llegamos y fondeamos al pie de Taormina. Hay luna casi llena, aprovechamos para servirnos una copa de vino blanco siciliano (Grillo) que degustamos en la terraza de MR, disfrutando del paisaje bajo la luna.

A la mañana siguiente desembarcamos para visitar este pueblo encaramado en lo alto del acantilado que domina el mar. Al bajar, Richard perdió su teléfono en la orilla del agua que ha sido arrastrado por las olas (no le pasaba hacía mucho, jiji).
El pueblo es tan hermoso como MER nos lo había descrito (recuerdos de más de 20 años).

Los callejones están floridos, las casas, aunque muy viejas, están en buen estado, las tiendas muestran muchas marcas de calidad e incluso de lujo…

Único punto oscuro en este cuadro: No hay nadie en las calles! Se podría pensar que el pueblo está desierto en el marco de un rodaje de película, donde sólo algunos actores aparecerán recitando su texto, ¡PERO NO EN ABSOLUTO! Es otro golpe de COVID, que vació las calles y las terrazas de los restaurantes de las nubes de turistas habituales.

Aunque hay poca ola el rolido es insoportable, decidimos fondear al otro lado de la bahía, en Giardini Naxos. Fondear allí, se vuelve mucho más agradable. Nos quedamos seis días, todo está al alcance de la mano. Bajamos a tierra en anexo que dejamos en el pontón del restaurante ‘La Cambusa’ (cerrado como los otros).
Aprovechamos para intentar ajustar algunos detalles técnicos (revisión de los botes salvavidas, reparación de una polea que se rompió…). MER vuelve a dedicarse a su actividad artística creando una nueva obra.

Lobster

El jueves alquilamos un coche para visitar Catania y luego el viejo Siracusa (isola d’Ortigia).
El sol está de turno, llegados a Catania visitamos las avenidas principales del centro. Los oriundos vestidos de negro (o gris) nos miran como si nunca hubieran visto turistas. De hecho, no lo hay.

Luego nos dirigimos al famoso mercado de pescado. Nos sorprende al llegar, ver pocos vendedores en el lugar y la escasa diversidad de productos del mar que ofrecen. Alrededor encontramos hermosos puestos de frutas y verduras.

Luego de la visita, nos iremos a Siracusa. Son las 13:30. Entramos en una tienda de comestibles que vende comida para llevar. El propietario nos ofrece comer en el lugar en la parte alta del negocio, escondidos detrás de las cortinas y servirnos en una mesa. Es muy gracioso, nos sentimos caer en plena prohibición de los años treinta. Lo único que faltaba era la redada policial. ¡Al Capone no está lejos!

Luego pasamos la tarde deambulando por las calles de Siracusa. Aunque es sólo primavera, el calor comienza a sentirse en medio de todas estas viejas piedras. ¡Se impone un ‘Gelato’!

Hay tan pocos visitantes que pareciera somos los únicos habitantes del lugar ¡Es mágico y aterrador a la vez!

Por último, es sábado y hay que pensar en continuar nuestro viaje hacia Grecia, que acaba de anunciar la apertura de sus fronteras y la reanudación de la vida social en el país. Richard, habiendo encontrado que el casco de MR no está limpio, se sumerge con su esponja verde en mano, para limpiar todo esto! Es una manía que tiene!! Mercedes por su parte prepara la comida. Hace ‘Arancini’ con el risotto de ayer.

El pronóstico es bueno, aunque el barómetro sigue bajo. Decidimos salirnos el domingo por la mañana. El mar estará calmo, sin viento aparentemente, pero tenemos todo el tiempo.

Próxima etapa: la bota del continente italiano.